Ser madre soltera es actualmente mucho más habitual que hace no tantos años. Eran épocas en las que era poco probable que los hijos e hijas se criaran ajenos a un ambiente familiar en el que ambos padres estaban presentes.
Todos sabemos que la crianza de un hijo implica invertir gran parte de nuestro tiempo en su cuidado, alimentación y otras muchas otras cosas. Para una madre soltera, estas tareas se multiplican ya que, además de cumplir con las labores propias del cuidado y crianza del bebé o niño, debe atender el cuidado de su hogar. Si a estos añadimos todos los gastos que implica y que para hacer frente a ello debe tener un trabajo para muchos y muchas, ser madre soltera, es “el trabajo más difícil del mundo”.
Ante esta situación la salud de la madre uno de los factores más importantes a tener en cuenta en los primeros meses. Son esos meses los más difíciles pues el cuidado del bebe hace que la madre no atienda adecuadamente sus propias necesidades básicas: dormir, alimentarse correctamente,…
Aun así las madres solteras, y aunque no cuentan con el apoyo del padre del bebé, no están solas y generalmente siempre tendrán a alguien, principalmente sus padres y muchas veces demás familiares, para ayudarles. Son ellos quienes consiguen aliviar un poco la carga de trabajo que supone el nuevo miembro de la familia, un pequeño ser que nace con el don especial de hacer que las familias se unan y se apoyen aún más.
También es importante contar con los consejos de otras madres solteras que pueden ayudar y darnos buenas ideas para mejorar nuestros planes diarios y así poder cubrir todas las necesidades del bebe y de la propia mamá.
De igual manera, existen grupos de apoyo que pueden dar buenos consejos que además irán muy bien para evitar algo de lo que tenemos que ir a toda costa: el aislamiento. Serán esas actividades recreacionales y de ocio en la comunidad, en alguna asociación o en la familia, las que ayudarán a relajarse mentalmente y así poder dar todo lo mejor por el bebé.